La naturalidad con la que nuestros padres hablan con nosotros es, en gran parte, lo que define qué tanto les contamos o no.
Como hijos, confiamos en nuestros padres como primeras personas para platicar de distintos temas, pero el hecho de cómo reciben esa información hace que sigamos hablando con ellos o no.
Así que papás, si sus hijos van y les preguntan sobre relaciones sexuales, orientación sexual, menstruación, métodos anticonceptivos, etc. en vez de regañarnos o asustarse, vean que confiamos en ustedes tanto como para hablar de esos temas en lugar de buscar información en otras fuentes.
Además, que papá o mamá nos de la información que queremos les asegura a ellos y a nosotros que es información realista y confiable.
Y papá o mamá, si algún día sus hijos les preguntan cualquier tema, en caso de no tener respuestas, búsquenlas juntos.
No juzguen desde el principio, escuchen, analicen y si tienen preguntas háganlas, que como hijos estaremos muy felices de que nuestros padres se involucren de manera positiva en nuestros temas.
Hablándoles desde mi experiencia, es horrible para nosotros los jóvenes guardarnos cosas como nuestra orientación sexual, pues no poder mostrarnos como somos realmente afecta nuestra salud mental en gran medida, pero entiéndanos también, la reacción de los padres a veces nos aterra, sobre todo si hay antecedentes de reacciones violentas anteriormente.
No basta con saber que aman a sus hijos, demuestren ese amor en esas pequeñas acciones día a día que nos hacen tener confianza en nosotros mismos y en ustedes.