Estoy segura, sin dudar siquiera un segundo de que es saber de muchos que ser mujer en esta sociedad, en este mundo, es la cosa más difícil. Pasamos por tanto a lo largo de la vida por el simple hecho de ser mujeres. Sufrimos la desigualdad de género, violencia, acoso, desprecios y misoginia hasta rebalsar, en cantidades exorbitantes y, a pesar de todo lo que pasamos por algo que desde un inicio no elegimos ser, hemos aprendido a superarnos.
Ser mujer ha sido para mi una montaña rusa, quizá un sin fin de emociones que he tenido que experimentar, que siendo hombre no hubiera pasado. Experimentar ira, impotencia y desprecios del género contrario, he tenido que morder mi lengua. Luego de tanto, he aprendido a no callarme, a darme mi lugar y levantar la vista sin titubear. ¿Que si ha sido fácil? Por supuesto que no, he tenido más enojos y más impotencia, pero he demostrado que ser mujer no es sinónimo de debilidad.
Siempre he pensado que nos subestiman demasiado, que piensan que nuestro género es demasiado frágil, pero estoy segura de que somos capaces de pisar lugares gigantes, hacer temblar el mundo y hacernos escuchar sin necesidad de gritar. Nos han subestimado por la crianza de nuestros antepasados, pero que con paso firme hemos quebrantado hasta derrumbar la crianza pasada y construir una donde la igualdad sea una de tantas cosas por hacer bien. Y por estas experiencias que me han tocado vivir, por el simple hecho de ser mujer, quiero responder a unas preguntas, para que tu, la niña que aún está creciendo, sepas que ser mujer NO es un error, sino una fortaleza.
¿Cómo manejo la inseguridad y la duda? Hay cosas que aun con el tiempo cuestan, no existe una fórmula, algo matemático. Aquí no es de suplantar números y operar hasta que genere un resultado. Lo llamaría con seguridad, prueba y error. Lo digo de esta forma porque la inseguridad no se me quita de forma permanente, pero la manejo confiando en mí misma, probándome para complacerme a mí y a su vez generar un resultado que demuestre que puedo. Manejo esa inseguridad repitiendo en mi mente que soy tan merecedora de lo que él tiene, que puedo hacer lo que él hace y que mi género NUNCA será una limitante si es lo que deseo, porque querer es poder y poder es lograrlo.
Y sí, por supuesto que algunas veces dudo, que algunas veces me doy cuenta que hay cosas que pesan para mi, que dudo tanto que pienso en que las personas que dicen que las mujeres somos frágiles y débiles tienen razón. Algunas veces el resultado de lo que busco no es siempre el que quiero, pero espanto esos pensamientos con sembrar la idea de que: todo lo que se hace tiene fracasos como escalones para la meta como éxito. Y eso no tiene género
¿Qué haces para sentirte segura al levantar la voz? Si soy sincera, me repito cada vez que puedo que la persona que está frente a mi es eso, una persona. Olvido si es mujer o es hombre, me aferro a que es una persona, igual que yo. Que esa persona no es más que yo, y que si esa persona se siente en la seguridad de tratarme como menos, yo tendré la misma seguridad de que no estoy de acuerdo en esos tratos. Es tan sólo eso, ver a esa persona tal cual es, como una persona.
¿De dónde viene tu fuerza? De todo el sufrimiento que he visto en las mujeres de mi antepasado y mis emociones. Sí, diría con certeza que mis sentimientos han sido parte clave de la valentía que he tenido cuando elijo enfrentarme. Porque el sentimiento que me genera las faltas de respeto, las injusticias, las humillaciones y los desprecios son lo que me impulsa. Esa impotencia que me da ver como nos tratan es lo que me permite levantarme y decir: NO MÁS, HASTA AQUÍ.
¿Qué hago para sentirme empoderada? Probar todo lo que me llama la atención, sin importar que tan complicado sea el trabajo, si necesita de fuerza física o no. Si tan sólo quiero, voy por ello. Busco levantar la voz por las que aún no encuentran la suya y ser yo por ellas. Demostrarme constantemente que si puedo conseguir todo.
Hay tantas cosas que pasamos siendo mujeres que un par de respuestas nunca serán suficientes. Hay cosas difíciles entre el mundo y la igualdad que buscamos, pero estoy segura que la pared que nos separa de ser iguales está derrumbándose cada vez más.
Estas preguntas han sido respondidas en el contexto en el que yo he tenido que pasar al ser mujer. Sé que muchas de ustedes han pasado por situaciones mucho peores a las mías, que las han hecho más fuertes y valientes, pero esto es algo de lo que tengo, de lo que he vivido y de lo mucho que me ha tocado desaprender la costumbre retrógrada del mundo y traer una nueva al mundo.
Porque he tenido que desaprender que las actividades diarias no se definen por género, sino por capacidad. Ser mujer nunca me limitará a hacer lo que yo sé que soy capaz de hacer.
