Hoy no voy a hablar de mí. Hoy quiero hablar de vos. Bueno, mejor dicho, de nosotros. Nuestro futuro está en juego. Catástrofes naturales constantes, en cadena e irreversibles. Deshielo de los polos, sequía, extinción masiva de especies, temperaturas extremas, ciudades enteras bajo agua, fuego que arrasa con absolutamente todo a su paso, son apenas parte de lo que ya hemos podido ver y de lo que veremos al llegar al punto de no retorno.
Ese momento, en el que ya no habrá posibilidad de revertir los daños, está cerca: aproximadamente siete años. Según el panel Intergubernamental de expertos sobre Cambio Climático de la ONU, si emitimos más CO₂ de la cuenta, éste es el tiempo que nos queda para el comienzo del colapso ambiental. En este punto, al día de hoy, la juventud no es la única que debe movilizarse. Vos, ¿querés vivir solo siete años más?
Soy Ariana, tengo 21 años, y soy una activista climática, social y animal, lucho por mantener un futuro digno en este planeta para nosotros y las generaciones futuras. Te cuento un poquito sobre mí. Cuando comencé mi activismo era una humana inocente, que pensaba en reciclar y plantar como una solución a todo lo que sucedía a mi alrededor. Con el tiempo empecé a empaparme de información. Me preocupé tanto, a tal punto que hizo que mi cabeza colapsara, porque creía que ya no había nada que hacer. Me pregunté, ¿quiénes somos? ¿a qué hemos llegado? Era imposible de responder, y más aun estando sola con muchísimos informes, datos, libros, un mundo contra el que no podría enfrentarme.
Recuperar la esperanza
Tiempo después, entendí que no estaba sola, y que había otras personas como yo, con quienes podíamos juntarnos y hacer la diferencia. ¿Por qué no? Fue muy difícil, en un país pequeño como Uruguay, de gente muy mayor y con tradiciones añejas, juntar jóvenes para una “revolución ambiental”, pero para nada imposible. Comencé a formar parte de un hermoso equipo que estaba "en pañales" en nuestro país y en el mundo: Fridays for Future.
Pronto, cada día estaría ocupado entre: manifestaciones, limpiezas de espacios públicos, espacios de concienciación, apoyo a más organizaciones, reuniones nacionales e internacionales junto a personas increíbles, talleres, medios de comunicación, llamadas por aquí y por allá. Y, obviamente, no tardaron en comunicarse las autoridades de nuestro país. Surgimos, crecimos, y pronto fuimos miles, millones.
Recuperé la esperanza cuando empecé a ver a personas de todo el mundo actuar, porque la esperanza se encuentra en la acción. Hoy todos somos jóvenes, vos, tus padres, tus hermanos, tu familia, tus amigos, tus actuales o potenciales hijas e hijos, porque todos queremos permanecer en este mundo más allá de siete años. Para hacerlo, tenemos que accionar.
El reloj corre. El tiempo pasa. Si la temperatura del planeta sigue en aumento, la próxima especie en peligro de extinción podemos ser nosotros. Hoy, tenemos la oportunidad de elegir si queremos llegar a eso o no. Y esa elección está en tus manos, en las mías, y en las de cada persona que habita este planeta. Jóvenes, la responsabilidad es nuestra.