Cuando pensamos en la salud es probable que pienses solo en los malestares físicos, ¿verdad? Pues en realidad también deberías pensar en los malestares mentales. El problema es que desde tiempos antiguos se ha estigmatizado la salud mental dejándola en segundo plano, porque claro, la depresión se cura pensando en positivo, la ansiedad es solo para llamar la atención y el no saber controlar tus emociones está bien – espero se notara el sarcasmo. Lo verdadero aquí es que los problemas mentales se han dejado siempre como algo de personas débiles o incluso se le ha atribuido a lo femenino.
En una edad antigua es hasta comprensible que se le diera más importancia a la salud física, ya que si se rompían un brazo o se enfermaban perdían la capacidad de hacer cosas para sobrevivir como cazar, cultivar, o buscar un nuevo hogar caminando horas. En la actualidad sí que es un serio problema que se mantenga este pensamiento, puesto que se debe entender que sin una buena salud mental no vas a poder llevar una vida sana. Vivir con depresión, ansiedad o demás problemas te va a dar como resultado una vida infeliz donde no vas a poder desarrollarte de la mejor manera, tal es así que miles de personas en el mundo que actualmente no han atendido su salud mental llegan a quitarse la vida; vivir con un problema mental sin tratamiento no te dejará vivir sanamente.
Quisiera contar mi experiencia desde la ansiedad. A mediados de pandemia yo cursaba mi cuarto y quinto semestre de preparatoria y gracias a las clases online, la carga de trabajo aumento exponencialmente y con ello también aumento la presión por querer mantener mis notas altas. Pasaba más de la mitad de mi tiempo útil tras un computador tomando clases o haciendo tareas, el tiempo que me quedaba disponible lo repartía en comer o ir al baño.
Al inicio no me costaba tener todo mi día ocupado pero con el pasar de los meses me fui alejando de las cosas que me gusta hacer como leer, dibujar, tocar mi guitarra o perder un tiempo en redes sociales libre de culpas. Incluso me aleje de mi familia por estar atendiendo los deberes de la escuela, llego un punto en el que me obsesione tanto con la productividad y cumplir con los deberes que desarrolle trastornos de ansiedad.
Me preocupaba excesivamente por mi futuro y siempre me surgían ideas de metas que quería lograr pero me preocupaban al grado de pasar todo mi tiempo pensando en qué hacer para lograrlas, incluso queriendo hacer más cosas de las que podía al mismo tiempo. Tan pronto como surgía una meta y ponía todo mi interés en ella, surgía otra y olvidaba lo anterior para enfocarme en la nueva y después volver a las que ya tenía en mente. Sé que suena muy confuso, y es que realmente lo era. Era un ciclo continuo de pensamientos ansiosos sobre preocuparme por algo, proponer una solución, enfocarme en ella, olvidarla por una nueva, sentirme culpable por qué no cumplí ni una meta, volver a preocuparme por perder el tiempo y generar estrés excesivo sobre mis pensamientos.
Aunado a esto estaban mis deberes escolares, así que ya se imaginan como continuo por meses esto, afortunadamente me di cuenta que algo andaba mal en mí y trate de buscar ayuda para poder salvarme y así lo hice. Actualmente puedo decir que soy consciente de cuando comienzo a recaer y puedo manejar mis pensamientos la mayoría de las veces.
Con esto quiero dejar en claro que la salud mental no es un juego, como víctima de un problema mental puedo decir que cuando lo tienes no puedes vivir en paz sin tratamiento. Todo el tiempo estás pensando en cosas que no deberías y muchas veces las personas que te rodean no se dan cuenta y algunas otras si se percatan de esto, pero pensarán que exageras o que no es nada grave porque "hay cosas más importantes" o porque "así es la vida". Quiero decirte que no es así, no estas exagerando, la vida no debe ser así y claro que debes atender el problema y si conoces a alguien que lo tiene puedes tratar de empatizar para ayudarnos a mejorar y dejar de ver a la salud mental al final de nuestra lista de pendientes.