El mundo ha cambiado y nosotros con él. (Cuarentena)

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El mundo ha cambiado y nosotros con él.

El mundo ha cambiado y nosotros con él.

Hace más de un año que entramos en periodo de cuarentena; muchos de nosotros creímos que al decir “cuarentena” serían únicamente 40 días y no más de 12 meses. Desde nuestro primer día de encierro nuestra vida cambió, tal vez no deseábamos aceptarlo tan ligeramente pero había cambiado. 

Los primeros meses de cuarenta vi como muchas personas agotaron el papel higiénico y todo lo relacionado con la limpieza, agotaron los productos básicos como huevos, frijoles en lata y azúcares; los primeros meses parecía que el fin del mundo se acercaba. Conforme los meses transcurrieron las personas fueron tomando las cosas con calma y los productos agotados dejaron de agotarse. 

En los primeros meses también recuerdo ver un completo pánico, toda la gente le temía al COVID y pasaron buscando culpables, pasaron quejándose del repentino encierro y del derrumbe que tendría la economía si no se abría en unos meses, pasaron señalando a los científicos por no conseguir rápidamente una cura para tal enfermedad. Muchas personas comenzaron a enfermarse sólo por el temor que la enfermedad les causa y ahora muchas de ellas salen como si tal enfermedad no existiera. 

El mundo cambió, desde ese primer día de encierro TODO cambió, el método de estudio cambió, la manera de vivir cambió, las relaciones sociales cambiaron. Dejamos de saludarnos con contacto físico a sólo levantar la mano por el aire, dejamos de entrar a nuestra casa con zapatos a dejarlos afuera e incluso muchos se desvisten afuera de su casa para ir directo a la ducha. Dejamos de regresar del supermercado y guardar las cosas a limpiar todo antes de guardarlos. Dejamos de no cargar alcohol en gel a llevar hasta tres botes en cada salida de casa.

Dejamos de pasar horas dentro del tráfico a no usar el automóvil por varias semanas, dejamos de pasar casi las doce horas fuera de nuestra casa a pasar veinticuatro de ellas dentro de la misma. Incluso aprendimos a hacer cosas en casa que no sabíamos que se podían hacer. Aprendimos a dibujar, cocinar y a remodelar, aprendimos a convivir con aquellas personas que a pesar de ser nuestra familia no convivimos con ellas tanto tiempo. Yo, por ejemplo aprendí del trabajo de mi padre por escucharlo hablar por teléfono todos los días y ellos aprenden un poco sobre las leyes por escuchar mis clases en línea.

Y así como el mundo cambió, nos obligó a cambiar a nosotros. Hace unas semanas hablaba con mi padre sobre la cuarentena y la forma en que nos cuidábamos. Entre palabras y palabras llegue a la conclusión que el COVID puede llevarse de dos maneras, ambas son egoístas pero una es positiva y otra negativa. La positiva es aquella donde nos alejamos del mundo, rompiendo lazos y cercanía con tal de cuidarnos a nosotros al tiempo que cuidamos a nuestros familiares; por otro lado la negativa es aquella donde con tal de seguir entre familia y entre relaciones sociales salimos a la calle, así poniendo en riesgo nuestra salud y la de los que nos rodean. 

Así que sí, tal vez seamos egoístas de una u otra forma, pero es mejor ser egoísta en elegir tu salud sobre todas las cosas y al mismo tiempo con tu elección cuidar a los demás a ser egoísta de no querer sacrificar tu querer a estar cerca de tus familiares y poner en riesgo a los demás y aportar a que la tasa de contagiados sea más e incluso la tasa de mortalidad.

Nos alejamos de las personas, tomamos distancia porque nuestra decisión de tomar distancia va a largo plazo. Nos alejamos porque cuando esto acabe queremos poder ir a casa de nuestros familiares y abrazarlos con libertad. Yo me distancio de mis familiares porque al cuidarme los cuido a ellos.

 

Instagram: @male.dd

Twitter: @malee_dd

Nos alejamos de las personas, tomamos distancia porque nuestra decisión de tomar distancia va a largo plazo. Nos alejamos porque cuando esto acabe queremos poder ir a casa de nuestros familiares y abrazarlos con libertad.
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