La necesidad de la Diplomacia de las Vacunas en la pandemia del COVID-19

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On Friday 26 February 2021, a shipment of COVAX COVID-19 vaccines are offloaded at the airport in Abidjan.

No hay ningún secreto de que la pandemia del COVID-19 ha perturbado cada una de nuestras vidas. Ha pasado más de un año desde que se identificaron y comunicaron los primeros casos al público, mientras se extendía por todo el mundo a   un ritmo increíblemente rápido. Hoy en día, todos están ansiosos por volver a vivir libremente, sin preocupaciones de enfermarse a sí mismos ni a sus seres queridos. Afortunadamente, los científicos nos han dado una solución a esta pandemia: las vacunas del COVID-19.

Los diferentes tipos de vacunas COVID-19 se realizaron en un tiempo récord gracias a investigaciones anteriores, un número nunca visto de recursos para financiar la investigación científica y la increíble disposición del público a ser voluntarios en los ensayos clínicos para garantizar su eficacia y seguridad. Ahora, necesitamos que todos tengan acceso a la vacuna y obtengan las dosis respectivas para lograr la inmunidad del rebaño (protección inmune de una población gracias a la vacunación o inmunidad desarrollada a través de una infección anterior) y así, ver el final deseado de la pandemia.

Sí, las vacunas se están fabricando, pero ¿cómo podemos asegurarnos de que se distribuyan equitativamente? La respuesta es la diplomacia de las vacunas.

La historia nos ha enseñado que los países de ingresos bajos y medianos han tenido dificultades para acceder a vacunas durante eventos graves como la pandemia de gripe H1N1 de 2009. Esta lucha se debe al fenómeno del nacionalismo vacunal. El nacionalismo vacunal se produce cuando los países de altos ingresos compran dosis de vacunas para sus ciudadanos, sin pensar en el resto de la población mundial.  Después de que los países de ingresos altos obtengan vacunas para el uso de su país, entonces ocurre el acceso mundial a la vacuna. Cuando ocurre el nacionalismo vacunal, la diplomacia de las vacunas entra para contrarrestarlo. La diplomacia de las vacunas es un aspecto de salud pública mundial que se centra en la administración y el uso de vacunas en todo el mundo, lo que no es una tarea fácil, pero necesaria.

¿Por qué los países de ingresos altos deberían ser los únicos que reciben dosis de vacunas para reducir los casos de enfermedad y la carga de mortalidad debida al COVID-19 en sus comunidades? ¿Sólo por su riqueza y el supuesto poder que les da el dinero? El poder real está en pensar en otros países que no tienen los mismos recursos que ellos y hacen algo para ayudar a las personas de sus comunidades que son igual de importantes. Pero por desgracia, este pensar no viene naturalmente, por lo que estos países necesitan un pequeño impulso para hacerlo.

Sí, las vacunas se están fabricando, pero ¿cómo podemos asegurarnos de que se distribuyan equitativamente? La respuesta es la diplomacia de las vacunas.

COVAX y el acceso global

El pequeño impulso proviene de la comunidad diplomática vacunal, que hace esfuerzos para estimular la cooperación entre los países para garantizar un acceso justo e igualitario a la vacuna COVID-19. Un gran ejemplo es la labor de una colaboración internacional entre la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI) y la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunizaciones (GAVI) llamada COVAX por sus siglas en inglés (COVID-19 Vaccines Global Access), junto con la labor del principal socio de entrega de UNICEF por sus siglas en inglés (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia). Gracias a esta colaboración, los países de ingresos bajos y medianos se beneficiarán enormemente contra el nacionalismo vacunal. COVAX ha comenzado a suministrar vacunas COVID-19 a países de bajos ingresos que no podrían pagar estas vacunas, junto con UNICEF que ha comenzado a suministrar jeringas para administrar dichas vacunas.

Otro aspecto de la diplomacia vacunal que percibo tan importante como la administración de vacunas COVID-19 es cómo podemos hacer frente a los residuos que se está generando de guantes, máscaras, materiales de embalaje, viales y jeringas. Algunas personas están diciendo que el beneficio de la vacuna supera cualquier preocupación sobre ese tipo de residuos médicos que se están generando, pero creo que la gestión de residuos es algo en lo que ya deberíamos pensar por el bien de nuestro medio ambiente. Si los países de ingresos bajos y medianos no tienen los recursos para comprar vacunas para administrarlas, también tenemos que ayudarles a lidiar con la gestión de residuos y no contaminar su país.

Como científica, deseo que cada ser humano reciba los beneficios de estas vacunas para reducir la carga de morbilidad. Pero como ser humano, la distribución equitativa de una solución que salva vidas es lo que más quiero ya que cada persona tiene derecho a vivir una vida saludable con sus seres queridos. A nadie se le debe quitar esa oportunidad sólo porque su país no tiene los recursos necesarios para proveérsela a sus ciudadanos. La diplomacia de las vacunas es el aspecto más importante para ver el fin de esta pandemia y volver a ser nuestras vidas.

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