La infección del COVID-19 es un acontecimiento sin precedentes en la historia actual de la humanidad. Con el surgimiento de la pandemia la región centroamericana ha enfrentado diferentes problemáticas sociales causadas por la crisis sanitaria mundial. Se han visto comprometidos los sistemas de salud, educación, economía y empleo. Los esfuerzos de los Estados por asegurar los derechos y garantías de la población y sobrellevar la pandemia han sido una labor extenuante tanto para gobernantes y gobernados. De tal forma que se tomaron las medidas sanitarias correspondientes ante la llegada del virus a los países que comprenden esta región.
Guatemala, Honduras, Belice, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá afrontan la crisis sanitaria de formas diferentes, velando por la protección y seguridad de sus habitantes para sobrellevar, enfrentar y vivir con esta nueva enfermedad.
La llegada del COVID-19 tomó por sorpresa a todos los sectores que conforman nuestros territorios, por lo que no contábamos con las suficientes herramientas y métodos para abordarlos. Una situación sin precedentes que ha modificado la rutina, cotidianidad y la forma de hacer las cosas.
Es inevitable mencionar el gran reto que se debe afrontar en el futuro en las áreas afectadas por la pandemia.
Área económica y laboral
Todas las profesiones y oficios aportan considerablemente al enriquecimiento y construcción de un país. Al estar interrumpida la economía en casi todos los sectores por la pandemia, aquejo la situación de los empleos y el comercio. El sector laboral durante este tiempo ha sido fuertemente desestabilizado y afectado. El sector de la economía informal que abarca una gran parte del área económica, el porcentaje de los ingresos se vieron afectados por la suspensión, cierre de actividades durante el confinamiento. Muchas personas que se dedicaban a la economía informal como: vendedores ambulantes, artistas, emprendedores, artesanos, etc. Han sufrido bajas y pérdidas en sus ingresos económicos. Lo que les llevará un tiempo considerable lograr una nueva estabilidad y liquidez que repercutirá a la vez a los ingresos estatales.
Trabajadores de salud y su importante labor
Si bien es cierto, se ha realizado lo humanamente posible para combatir la enfermedad, reforzando el sistema de salud pública para reducir los casos de contagio y las cifras de mortalidad, durante la pandemia el personal de salud ha tenido un papel vital en la lucha contra el COVID-19. Es preciso mencionar la ardua e importante labor realizada por todo el personal médico y de salud, quiénes han cargado con una gran responsabilidad y compromiso al tratar y proteger la vida de un gran porcentaje de ciudadanos. La valorización de los trabajadores de salud es crucial, se necesitan medidas especiales para apoyarlos, es importante que dispongan de barreras de bioseguridad para preservar la salud del personal y la seguridad de las personas.
La educación como el progreso de los pueblos
La educación no puede esperar, pero debido a la emergencia sanitaria mundial, se ha detenido la educación de forma presencial y ha pasado a una modalidad virtual. Para amortiguar el impacto de la pandemia en el sector educativo se ha utilizado el recurso tecnológico. La brecha digital es un obstáculo enorme en la implementación de esta nueva forma educativa, ya que el acceso a la tecnología es limitado o inexistente en comunidades rurales y en zonas de escasos recursos en las ciudades, disminuyendo la calidad educativa y aumentando el rezago.
El sistema educativo y de las generaciones de niños y jóvenes que se enfrentaron a esta modalidad, una modalidad para la cual no estábamos preparados y que ha sido muy difícil la adaptación e incorporación para alumnos, como padres de familia. Tanto como en el sector educativo privado y público no se contaba con las herramientas y técnicas necesarias para la nueva alternativa educativa. Ha sido un trabajo en conjunto de directores, educadores, alumnos y padres para hacer posible encontrar el método educativo adecuado. Estas generaciones a un corto plazo probablemente se verán afectadas y padecerán las consecuencias y rezagos de la pandemia. Quizá en el ámbito de ubicación laboral y evaluación de competencias para un puesto sea importe los conocimientos adquiridos en las etapas de formación y que probablemente este período de enseñanza virtual afecte su desempeño y colocación laboral.
La pandemia nos ha enseñado que el tiempo es valioso, invertir en salud y educación no es una opción, es una prioridad y una necesidad importante.
Se necesita más equidad educativa, que jóvenes y niños con recursos económicos bajos puedan acceder a los servicios de educación de forma inclusiva, ya que la educación es el punto de apoyo donde descansa la esperanza de un mundo mejor.
Se debe garantizar las medidas básicas, protocolos de bioseguridad, agua potable y saneamiento adecuado ante un retorno seguro de las actividades en los centros educativos.
Como jóvenes podemos contribuir a reimaginar un futuro y volverlo posible. Podemos ser participes del progreso aportando nuestras ideas, cada acción cuenta. Que nuestras opiniones lejos de separarnos nos unan en un bien común; la solidaridad para superar la crisis, crear un mundo con más posibilidades y volver la nueva normalidad, una mejor normalidad.
Autoras:
Marian Montoya (Guatemala)
Diana Rivera (Honduras)
