LOS EFECTOS COLATERALES  DEL BULLYING Y EL ACOSO

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LOS EFECTOS COLATERALES  DEL BULLYING Y EL ACOSO

LOS EFECTOS COLATERALES  DEL BULLYING Y EL ACOSO

Hace unos días decidí escribir este blog, quizá sea uno de los que más me ha costado como persona  escribir y que lo he pensado como nunca lo había hecho. Usualmente se que decir y qué poner, pero extrañamente en esta oportunidad se que poner pero quizá le temo a hacerlo.

En uno de mis blogs pasados tuve la valentía y la fuerza de poder contar del ciberbullying que sufrí hace unos meses  y el bullying que sufrí hace unos años en mi colegio. En esos habló sobre cómo me sentía, sobre algunas situaciones que pase durante ese lapso del tiempo y de bien como esto se podría evitar para no ser parte del problema pero ser consciente de él y poder evitarlo. 

Todos hablan sobre que se debe de evitar el bullying y cuanta cosa pero hasta ahora no he visto que alguien hable sobre los efectos colaterales que estos dejan en tu vida, aun cuando aquello pasó hace ya algunos años, aquello aun te siguen, desde la oscuridad están ahí recordándote constantemente por donde has pasado y lo feo que todo puede verse si vuelves a caer en ese hoyo del cual no tienes el control.

No me atreveré a generalizar que para todos aquellos que en algún momento sufrieron bullying, acoso o bien ambas cosas anteriormente mencionadas sólo que a nivel cibernético sufrimos los mismos efectos. Hablaré de los efectos colaterales que yo sufro como persona, y que estoy segura que más de alguna persona los ha pasado.

Personalmente me ha costado lidiar con demasiadas cosas, sobre todo cuando estas involucran demasiadas personas con quien estar y hablar. Usualmente me he encontrado con el estrés y nerviosismo de cuestionarme constantemente sobre la sinceridad de la persona que tengo al frente. Cada que conozco a alguien se me hace difícil no pensar en si me tomara del pelo o quieren verme como tonta en algún momento. He tenido que lidiar con el estrés y la incomodidad que significa hablar en clases a través de un micrófono sin poder tener el control de los demás sobre qué hacen o dicen cuando yo hablo. 

Tengo que lidiar con mis pensamientos y repetirme constantemente que aún hay personas de buen corazón en este mundo. Que no todas son como esas personas que un día me hicieron pasar el peor año.

Constantemente me encuentro incómoda trabajando con personas, no me gusta salir cuando se que hay gente, prefiero mil veces salir a pasear a mi perro cuando la hora cursa casi las doce de la noche y estoy cien por ciento segura que no veré a nadie. Me siento mejor y menos observada. 

He tenido que lidiar sin fin de emociones cuando estas se relacionan con personas con las que nunca he convivido. Se me ha quedado pegada la idea de siempre analizar a cada ser humano a profundidad para no darle mi confianza tan apresuradamente y que luego vayan por ahí riéndose de mí o atentando contra mi vida.

Y para algunas personas quizá algunas cosas mencionadas sean como un “rutina” cuando conoces a alguien, sin embargo en cantidades pequeñas es saludables, pero cuando tú mismo sabes que no es normal es donde te das cuenta que estas sufriendo los efectos colaterales de una acción que nunca dependió de ti, que sufres de un efecto colateral de acciones de terceras personas que quizá ni estén al tanto de tu situación actual. 

Los efectos colaterales son quizá los peores, porque sabes que la situación ya pasó, que has llegado a ese punto neutro donde puedes respirar y nada te harán, pero estos están ahí, recordando todo y perjudicando tu futuro. Afectando tus nuevas relaciones sociales y tu desenvolvimiento como ser humano en la sociedad. 

Y nadie, nadie debería de tener que pasar por esos momentos, nadie debería de verse obligado a tener que ir a un psicólogo porque no sabes como lidiar con ese miedo que te acorrala al estar con demasiada gente por el miedo de tu pasado.  

Porque si, nadie debería de pasarlos pero se que se sale y aun cuando yo algunas veces tengo que lidiar con situaciones como estas puedo decirte que me he encontrado con hermosas personas que ahora son mis amigos, que me cuidan y me escuchan, que están ahí para apoyarme y darme llamadas para saber de mi vida y de cómo he pasado la mañana. 

Aun creo que hay gente buena en este mundo. Aun hay gente con buenos corazones y son estas mismas las medicinas para los efectos colaterales del bullying y el acoso.

Entonces yo te digo, si tu has pasado por estos efectos colaterales de los malos tragos que algunas veces la vida nos da, déjame decirte que no estás solo, que yo tengo pruebas de que aun hay gente buena en este mundo porque las tengo rodeando mi vida. Porque tengo personas que están ahí y que tienen un buen corazón. 

Y vamos a aprender juntos a poder volver a estar en sociedad sin temerle a caer de nuevo. Vamos a poder decir que algún día pasamos en ese mundo y que ahora estamos bien, que ahora luchamos para que otros no pasen lo que pasamos nosotros. 

Por ello repitió que el bullying, el ciberbullying, el acoso y el ciberacoso no deben de ignorarse, ocurre todos los días y a todas horas frente a nosotros, y ninguna persona merece pasar los efectos colaterales de no haber podido recibir ayuda a tiempo. 

Instagram: @male.dd

Twitter: @malee_dd

 

Aun creo que hay gente buena en este mundo. Aun hay gente con buenos corazones y son estas mismas las medicinas para los efectos colaterales del bullying y el acoso.
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