Recientemente di un discurso en el Foro Mundial de la Neumonía Infantil como activista juvenil delante de líderes mundiales, directivos de varias organizaciones internacionales y cientos de personas que trabajan diariamente para proteger los derechos de la infancia. Si, lo sé. Suena guay ¿no? Pero déjame contarte primero un poquito más sobre mí y mi trayectoria.
Me llamo Daryl, tengo 25 años y soy una apasionada de las relaciones internacionales. Actualmente, soy presidenta de UNSA Spain, una federación que quiere dar la oportunidad a los jóvenes de poder involucrarse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y desde esta federación he participado y liderado proyectos nacionales e internacionales; pero mis inicios han sido muy diferentes.
Durante mucho tiempo, me ha dado miedo hacer algunas cosas por lo que otros pudieran pensar, y aunque siempre he querido desesperadamente hacer algo para poder ayudar a la gente y hacer del mundo un lugar mejor; me daba mucho miedo fallar y lo que la gente alrededor pudiera decir, y eso me ha impedido actuar durante mucho tiempo.
Solía decirme a mí misma que estaba bien no hacer algo, que otra gente – más mayor y cualificada – lo haría. Pero un día me pregunté a mi misma “¿Por qué no lo intento? ¿Por qué voy a esperar a que otra persona haga algo que realmente yo quiero hacer?” y reuní el valor para empezar. Pero no empecé yendo a Naciones Unidas a dar un discurso, empecé dando pequeños pasos y eligiendo una pequeña ONG para empezar a hacer voluntariado.
Desde entonces, he estado involucrada en cosas muy diferentes: he ido a repartir comida a personas sin techo, he dado talleres para motivar a otros jóvenes a actuar, le he enseñado inglés a los niños de los barrios más desfavorecidos de India y he empezado mis propias iniciativas.
Todo esto me ha llevado a convertirme en una activista por los derechos de la infancia y por la salud infantil, y me gustaría compartir con vosotros 5 consejos que he aprendido a través de mi experiencia.
1️⃣ Ten confianza en ti mismo
A lo largo de tu camino, puede que haya personas que cuestionen lo que quieres hacer y que te digan que no lo vas a conseguir. ¡Créeme! ¡A mí también me ha pasado! Y esto no va a cambiar cuando te hagas mayor.
Profesores, compañeros y, a veces, amigos me han dicho que no iba a ser capaz de conseguirlo, que eran solo sueños y que el mundo es un desastre, y siendo sinceros ¡lo es! Pero eso no quiere decir que no podamos hacer nada para mejorarlo. Lo que siempre me ha ayudado ha sido recordad porque estoy haciendo lo que hago; y que si no lo intento, siempre me voy a quedar con la duda del “¿y si…?”.
2️⃣ Rodéate de personas que te motiven
Muchas veces – más de las que me gustaría admitir – dudo sobre mi misma. En esos momentos, es muy importante para mi estar rodeada de gente que cree en mí y que me recuerda que soy capaz de lograrlo.
Mi madre siempre me ha apoyado mucho en todo lo que me he propuesto y tenerla a mi lado me ha ayudado a seguir adelante, incluso en esos momentos en los que la confianza me ha fallado.
3️⃣ Infórmate y aprende
Si de verdad quieres tener un impacto positivo, necesitas informarte. Leer y aprender más del mundo que te rodea te va a ayudar a entender mejor esa situación que quieres cambiar; y como hacer esos sueños, realidades.
Si estás interesado en el cambio climático, lee más sobre lo que lo genera y las acciones que pueden reducirlo; si estás interesado en acabar con el racismo, entonces lee sobre sus orígenes y como afecta a las personas que lo sufren día a día. El conocimiento es poder y nos puede ayudar a desarrollar soluciones a los problemas actuales.
4️⃣ La constancia es clave
Habrá momentos en los que las cosas no van a salir como las habías imaginado, pero ¿sabes qué? ¡No pasa nada! Docenas de veces he tenido una idea o he empezado un pequeño proyecto y no ha funcionado, pero eso no significaba que debía dejar de intentarlo. Esas veces que no lo he conseguido, me han ayudado a aprender y he podido implementar ese conocimiento después. Lo que nos hace fuerte es levantarnos cada vez que nos caemos.
5️⃣ Paso a paso
Cada acción tiene su impacto, no importa si es grande o pequeña. No necesitas dar un discurso en Naciones Unidas o ganar un Premio Nobel para cambiar el mundo.
La cierto es que los grandes cambios empiezan de acciones pequeñas, y que empezar una iniciativa en tu escuela o en tu barrio es tan importante como tener una conversación con los líderes globales.
A lo largo de mi camino, he aprendido de cada pequeña iniciativa en la que he participado y de cada paso que he dado, y han sido todas esas pequeñas acciones las que me han llevado a hacer lo que estoy haciendo.
En resumen: no subestimes tus acciones
Si piensas también un momento sobre el camino de figuras públicas como Greta Thunberg o Malala Yousafzai, siempre ha empezado con ellas alzando sus voces o actuando a nivel local. Nunca sabes los cambios que pueden generar tus acciones, así que no las subestimes.
Te puedo dar cientos de consejos, pero lo cierto es que no necesitas nada especial para cambiar el mundo y que no hay una fórmula mágica. Es lo que haces con las herramientas que tienes lo que marca la diferencia.
No importa si tienes 12 años o si tienes 80, si tienes un master universitario o si nunca has estudiado en tu vida, si eres un chico o una chica; o si vives en una gran ciudad o en un pequeño pueblo. Lo importante es tu actitud, creer que puedes hacerlo y trabajar mucho para conseguirlo.
Al final, solo aquellos que están lo suficientemente locos para creer que pueden cambiar el mundo, son los que lo hacen